Cuando uno analiza una empresa se encuentra con
profesionales de todo tipo, con más o menos implicación y potencialidad así
como con nula, baja, media, alta o excelente productividad. Comprender estas
variables nos sitúa en el escenario real de las organizaciones. Algunas han
estandarizado tanto sus procedimientos que hasta las ineficiencias se han
quedado selladas para siempre. Otras son tan libres que nunca acaban de
formalizar un mínimo procedimiento. Pero, afortunadamente, también tememos
empresas que funcionan muy bien, milimétricamente bien. Y entre estos extremos
tenemos muchos “grises” de empresas con más o menos compromiso, potencialidad y
productividad.
Pero ¿cómo conseguir una organización de alto rendimiento?
Si me refiero a una organización donde se trabaje profesionalmente, se respete
el valor de los demás, se potencien las sinergias y la comunicación y sobre
todo, se orienten a productos/servicios que tengan un espacio competitivo en el
mercado. Las organizaciones no dejan de ser fruto de muchas decisiones
internas. La primera es un planteamiento estratégico desarrollado por un comité
de dirección y por lo tanto será clave analizar la calidad directiva. La
segunda es un diseño organizativo acorde con los objetivos y estrategias
planteados, por lo tanto, el empresario y su equipo tienen un rol
importantísimo en las estructuras y en los consiguientes comportamientos
organizativos que obtienen. La tercera es una implementación fiel a lo
planteado y aquí es donde nos encontramos un proceso de comunicación y trabajo
en equipo continuo entre la dirección y el resto de profesionales de la
organización.
Si concluimos esta primera parte podemos pensar que tanto el
empresario, el equipo directivo como el resto de profesionales son claves en
las organizaciones pues son los generadores de valor. Y si tenemos esto claro, deberíamos cuidar
mucho a nuestros directivos y mandos intermedios pues son claves en la
formulación estratégica, pero también a los profesionales pues son
fundamentales en la implementación.
Para nuestra empresa es fundamental que tanto los
directivos, como los mandos intermedios como los profesionales tengan
comportamientos excelentes. Y para tener estos comportamientos excelentes se
necesita una cultura organizativa fuerte que sea capaz de establecer el cómo se
debe funcionar y con que nivel de exigencia y profesionalidad. Pero ¿y la
cultura? ¿quién es el responsable? La cultura de nuevo es generada por una
empresa en su funcionamiento a través de diferentes experiencias profesionales.
Por lo tanto incorporamos la variables tiempo. Pero también hemos de incorporar
la variable percepción de los propios agentes que intervienen pues al fin y al
cabo son los que consolidan que den determinados comportamientos y no otros.
Si todo esto es correcto, deberíamos buscar la excelencia en
nuestro empresario. Y eso implica que sea modelo en la organización de aquello
que pretende encontrar o pide a sus empleados. También si buscamos la
excelencia en los directivos deberemos entrenarlos y observarlos para
mejorarles hasta los niveles más altos de competitividad profesional. Ellos
también serán modelos de actuación para los empleados. Y si queremos buscar la
excelencia en los empleados o profesionales deberemos entonces buscar en más
sitios. Propongo que busquemos en el empresario, en los directivos y también en
la cultura que no deja de ser la aplicación del empresario y los directivos en
el tiempo generando percepciones y expectativas.
Ahora dicho todo esto le lanzo una serie de preguntas que
igual le hacen reflexionar sobre si su organización es de alto rendimiento, si
quiere contéstelas desde 1. Nada/algo 2. Regular 3. Bastante/Mucho:
1.
Mi empresario es modelo en la organización de
profesionalidad ( )
2.
Mis directivos son modelos de profesionalidad en
la empresa ( )
3.
Tengo clara que la cultura de esta organización
se centra en la mejora y la excelencia profesional. ( )
4.
Los empleados rinden al máximo para dar lo mejor
de sí mismos. ( )
Con solo estas cuatro preguntas usted podrá obtener
diferentes puntuaciones:
1.
Organizaciones excelentes: de 10 a 12 puntos. Enhorabuena si es su caso.
2.
Puntuaciones entre 7 y 9 puntos donde
claramente se ve una tendencia a la profesionalidad en algún área pero con
claras carencias y mucho por mejorar. Yo me preocuparía.
3.
Puntuaciones entre 4 y 6 puntos. No nos
engañemos o cambiamos o esto no dura mucho.
Pero veamos qué han dicho otros autores. Amann (2003) decía
que las organizaciones de alto rendimiento demostraban normas culturales
fuertes al manejar el cambio, conseguían sus objetivos, coordinaban los
equipos, tenían orientación al cliente y fuerza cultural. Y esa fuerza cultural
se obtenía también por su capacidad de adaptarse a los entornos (Kotter y
Hesket, 1992). Por ello, ante estos entornos cambiantes la organización
permanece responsiva y alinea su sistema interno para conseguir el máximo
ajuste (Kaliprasad, 2006).
Así también se ha encontrado que las culturas del alto
rendimiento o la excelencia comparten seis factores:
1. Objetivos
claramente articulados.
2. Foco
externo en los clientes y en la comunidad.
3. Empleados
que asumen la propiedad del rendimiento de la empresa.
4. Foco
en el desarrollo profesional de los empleados.
5. Habilidad
para adaptarse al cambio.
6. Empleados
que construyen confianza sobre el debate.
Ya Aristóteles lo decía muy claro “somos lo que hacemos día
a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”. Y ese “hábito”,
no lo dude, debe ser cultivado y reconocido.
Hoy es un buen día para comenzar… J
3 comentarios:
Es que leyendo lo que has escrito se me esta cayendo el alma a los pies porque conozco y estoy relacionado con un organización de bajo rendimiento.
Fundamentalmente lo que sucede es que el objetivo que se han planteado es simple y llanamente: "sacarle la punta a todo con tal de mantener las bicocas personales".
Y lo malo es que es una administración pública y no una empresa que si no genera rendimiento es el dinero de los inversores y los puestos de trabajo de los que la forman lo que esta en juego.
Muchas gracias, has sido toda una inspiración. Poco a poco iremos aprendiendo y en el fondo es una cuestión de supervivencia.
Gracias por tu comentario, indudablemente es importante saber diagnosticar en qué tipo de organizaciones trabajamos o vamos a trabajar. Más en el caso que comentas que es un servicio público donde tanto necesitamos un nuevo paradigma de gestión pública capaz de dar respuesta al ciudadano con los servicios. Animo y no dudes que siempre se puede hacer algo por poco que sea, y sobre todo que la mentalidad de excelencia es una cuestión también personal no solo organizativa. Un saludo y gracias de nuevo por tu participación.
Roberto
Gracias por tu comentario, indudablemente es importante saber diagnosticar en qué tipo de organizaciones trabajamos o vamos a trabajar. Más en el caso que comentas que es un servicio público donde tanto necesitamos un nuevo paradigma de gestión pública capaz de dar respuesta al ciudadano con los servicios. Animo y no dudes que siempre se puede hacer algo por poco que sea, y sobre todo que la mentalidad de excelencia es una cuestión también personal no solo organizativa. Un saludo y gracias de nuevo por tu participación.
Roberto
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