Dicen que sin información es imposible acertar, o lo que es lo mismo casi inevitable, tener que errar. Y el error de por sí no es malo si se lo afronta con decisión y con aprendizaje. Pero también, es muy difícil gestionar si no se hace con información. Cuando se habla de talento no se pone el énfasis en un ente sobrenatural que alimenta la toma de decisiones. Indudablemente la intuición cuenta, y con ello la experiencia, pero la toma de decisiones requiere de un mínimo de información que permita que no nos pasemos la vida cayendo y levantándonos. En la gestión cultural, la información es un bien escaso. Siempre comento en las charlas cuando me presentan que yo no soy experto en gestión cultural, sencillamente no hay gente que investigue y como yo llevo haciendo investigaciones desde hace más de diez años, me llaman experto. Pero no, para nada me considero experto, sencillamente son sectores tan desfavorecidos y poco profesionalizados que al final no se puede hablar de gestión. En efecto, no se dirige, no se gestiona, sencillamente se toman decisiones técnicas o artísticas pero no desde la dirección de organizaciones o desde el management. La dirección requiere información, evaluación y toma de decisiones con criterio. Desde hace más de diez años llevo preguntando en todos los foros que me invitan de gestión cultural y deportiva cuantas investigaciones de mercado se han hecho. De foros de 200 personas, apenas uno o dos levantan la mano. ¿Y el resto cómo toma decisiones? Pongamos un ejemplo, hace unos años hice un estudio de notoriedad de un museo en valencia. ¿Qué me dicen si la notoriedad, incluso sugiriendo el nombre del museo solo llegaba al 9%? Es decir, nueve de cada 10 personas no tenía ni idea de ese museo. En un estudio de mercado sobre una biblioteca casi un tercio de una población consideraba que ese servicio no era para él, fundamentalmente personas mayores con la creencia de que “eso es para jóvenes”. En una casa de cultura un 2% acude de vez en cuando al teatro, con eso igual llenamos la sala una tarde, pero ¿qué pasa con el resto? ¿Es eso una gestión pública? En ninguno de estos casos las organizaciones contaban con información. Es difícil afrontar la realidad sin información. La cuestión es ¿queremos afrontar la realidad?
Foto: metalgirl.wordpress.com/2008/02/29/decisiones-2/
Foto: metalgirl.wordpress.com/2008/02/29/decisiones-2/
2 comentarios:
Estoy muy de acuerdo Roberto, parece que tengamos miedo a indagar en la cultura por que muchas veces puede que no aparezca claramente en nuestra vida, nos hacemos la pregunta ¿somos un pueblo altamente culturizado? Y todos decimos que “claro que lo somos”, pero con la boca pequeña, ya que no atrevemos a averiguar las veces q vamos al teatro, a las bibliotecas, etc. es un campo olvidado que se le tendría que dar más importancia
Gracias por tu comentario. En efecto no hay que temer a la información, la información es neutra de por sí. La cuestión es qué se hace con ella. En este caso, el no hacer nada es también definirse o posicionarse con respecto a la cultura.
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