Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

jueves, 24 de noviembre de 2011

¿PIENSO DIFERENTE O SOY EL RARO?


Todos hablamos de la importancia de la diversidad en las organizaciones como factor clave de sostenibiliad y competitividad. De hecho, las empresas que gestionan la diversidad fomentan más innovación, creatividad, mejores procedimientos y su orientación a la calidad es mayor. Aparte, se anticipan mejor al mercado y contribuyen a una mejora cualitativa de los servicios finales.

domingo, 20 de noviembre de 2011

ESE EXTRAORDINARIO SER HUMANO... MÁS ALLÁ DE LOS SIMIOS

No deja de seguir asombrándome el ser humano en todas sus facetas. Como bien sabemos, incluso las historias ficticias más imaginativas se suelen quedar a años luz de nuestra realidad más cotidiana. Y en todo esto, viene el tema de la revolución del talento, donde cada vez más se consolida desde todas las disciplinas el poder del desarrollo. Tanto la psicología, la economía, la neurociencia, la biología, la paleoantropología, la física cuántica, la sociología, la filosofía.... todas, cada vez más comparten el punto común de una extraordinaria capacidad del ser humano por reinventarse en el día a día. Todas nos hablan de la necesaria interacción genética-individuo en un contexto determinado. Y todas nos confirman la capacidad de conseguir grandes objetivos si ponemos (1)el esfuerzo y entrenamiento (práctica deliberada), (2) el tiempo, (3) el apoyo social, (4) el contexto adecuado, (5) y la resiliencia y optimismo necesarios ante la adversidad.
Todos podemos dar un giro a nuestras vidas cualquier día, hasta incluso hoy, ¿por qué no? Ese giro es un largo viaje, planificado a veces y lleno de incertidumbre en general. Ese largo viaje es un comenzar a disfrutar de las cosas que nos hacen felices. Busque sus indicadores: ¿ante qué sonríe? ¿Con quién disfruta? ¿en qué contexto es feliz? ¿qué haría incluso pagando? Con estas simples preguntas podría ser un punto de arranque para detectar sus talentos más conscientes, y podría ser un primer mapa de rutas extraordinario.
Yo soy educador y emprendedor. Investigador y conferenciante. Apasionado de la música y del deporte. Pero tengo por seguro que podría reinventarme unas cuantas veces más, quizás necesitaría unas cuantas vidas más. Pero es precisamente nuestra limitación la que nos debe estimular a seguir buscando nuestras preferencias, incluso en estos tiempos.
Este post está dedicado a todas aquellas personas que con sus ejemplos me siguen demostrando la enorme capacidad del ser humano por innovar y reinventarse. A todos ellos, mi más sincera admiración y respeto...

martes, 15 de noviembre de 2011

¡Des-Contrólame por favor!

Una de las principales fuerzas de la economía tradicional radica en su visión del ser humano como un homo-economicus, donde el interés, la oportunidad y el lucro toman especial relevancia. Bajo este paradigma se contratan supervisores (véase jefes) para controlar elementos tales como el escaqueo, la vagancia o sencillamente el pasotismo. Es verdad que cuando alguien se obsesiona con algo al final esto ocurre. Este famoso principio ocurre mucho en el mundo laboral, pues quien busca escaqueo al final lo encuentra pues todo lo interpreta bajo esa mirada. Ya saben eso de “el ladrón siempre piensa que todos son de su condición”, que no quiere decir más que al final nuestra percepción de la realidad estructura lo que al final encontramos. Por eso, muchos analistas e investigadores dedican cientos de horas para analizar a cuántos empleados puede supervisar un jefe para garantizar la productividad. Y como si viviéramos aún a principios del siglo XX, se estructura toda una organización basada en esos valores. Al fin y al cabo esos valores no dejan de ser las ideas mantenidas durante años (quizás cuarenta o cincuenta) de un director general o emprendedor que no ha querido cambiar lo que le funcionó en su tiempo.

Desafortunadamente para los que sufren con los cambios y la innovación, si algo nos está recordando el día a día, es la necesidad de vivir en la innovación, ya no sólo pensarla. Y esta innovación tiene que apoyarse en un contrato psicológico diferente con el empleado, más basado en la medición y desarrollo de su talento para poder emplearlo en la organización. Más que saber cuántos empleados puede supervisar un jefe, nos deberíamos preguntar si ese jefe es capaz de liderar a alguien. Y si no es el caso, plantearnos ese coste de supervisión a qué partida lo imputamos para poder justificar este tipo de ineficiencias.

Si algo sabemos desde el comportamiento organizativo es que sin el compromiso e implicación del empleado, un jefe no puede ni supervisar a un solo empleado. La era del conocimiento ha traído tareas muy intangibles que hacen necesaria una nueva relación empleado-empleador. Por eso, ante esta intangibilidad, el absentismo emocional (o lo que algunos han llamado los zombis laborales), es un cáncer en las organizaciones. Por eso, más que controlar deberíamos construir puentes de confianza como dice mi amigo Gasalla. Esos puentes son los cimientos de la sostenibilidad de las organizaciones. Esos puentes garantizan las sinergias, la innovación, la eficiencia, la productividad… no se me ocurren desde luego más razones de peso para hablar de la necesidad de des-controlar un poco las organizaciones. Si tiene algo de responsabilidad en la organización no lo dude, dé el primer paso, no necesita ser grande pero sí constante y coherente. Se asombrará de los resultados. La sociedad del conocimiento implica nuevos empleados del conocimiento donde las estructuras de crecimiento y desarrollo se basan eminentemente en el talento y no en el control ni en el poder.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

EMOCIONES=AUTOCONOCIMIENTO Dime qué sientes y te diré cómo eres

Si algo tenemos claro es que las emociones son como el director de una organización que determina qué es importante o no para la organización. De igual modo, nuestras emociones funcionan marcando con recuerdo y alteración aquello que realmente se nos revela importante. Pero ojo, no desde la conciencia, sino desde la más absoluta inconciencia. Quizás este es el matiz tan importante que en realidad nos debe enseñar a comprender mejor cómo soy por dentro aparte de la imagen que tenga de mí mismo. Las emociones son una de las mejores fuentes de autoconocimiento.

El sujeto no puede conocerse en sí por su propia subjetividad pero si acercarse a través de la autopercepción y a través de los otros referentes. La autopercepción del sí mismo es fundamental en el trabajo diario del autoconocimiento pero no suficiente. Necesitamos de los otros referentes, personas que nos conocen de verdad en nuestro día a día y que nos ayudan a trasladarnos las imágenes de nosotros mismos. El otro referente lo hará precisamente porque tiene un vínculo afectivo contigo, porque te apoya cuando lo haces bien y te acompaña, y también construye tu fortaleza. Por eso, no podemos dejar que “cualquiera” sea nuestro otro referente, porque si lo hace sólo desde la visión crítica del gap o discrepancia, nos hará daño aunque tenga muy “buenas intenciones”. No hay peor daño que el inconsciente.

Busca tus otros referentes, comparte experiencias y vivencias, pídeles consejo y ayuda desde la amistad y aceptación. Ello nos permitirá construir nuestra identidad y deconstruir nuestra fantasía. Ya sabemos lo que decía Ortega: De querer ser a creer que se es ya va la distancia de lo trágico o lo cómico.