Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

TERRITORIO PROHIBIDO: LOS LÍMITES DEL COACHING EJECUTIVO

Ya son diversos foros a los que voy de coaching ejecutivo donde el tema que más apasiona a los futuros profesionales del coaching es precisamente analizar con profundidad en referencia a casos y vivencias la limitrocidad del coaching ejecutivo. Es decir, hasta dónde puede llegar un coach ejecutivo y dónde debe derivar. A pesar que no es fácil la contestación creo que cuando se está en el ejercicio profesional la respuesta es más sencilla. Pero de todos modos voy a intentar responder en la medida de mis experiencias como coach certificado Senior por AECOP.
Toda relación coach-coachee es diferente y especial, y por lo tanto merece toda nuestra máxima concentración para comprender y comprehender el modelo mental, emocional y comportamental del coachee. En este sentido, cuando firmamos un contrato con el coachee se establece una pauta de “normalidad” del proceso y un cierre o final de la relación de coaching. Esta pauta es un buen primer indicador, sin que sea por ello determinante por sí misma. El grado que el coachee cumple con los hitos que se establecen y se acerca a los objetivos es por lo tanto un detalle a tener en cuenta. Algunos coachees sencillamente pueden no estar implicados en el proceso pero otros se les ve sufrir y al mismo tiempo no consiguen sus hitos. Este matiz del “sufrimiento” es importante. El grado extremo es no sufrir porque el coachee reconoce todo y reconoce su completo bloqueo. En este sentido, es importante valorar el alcance del bloqueo.
Otro aspecto relevante es el grado de conciencia de la situación. El coachee podría no ser consciente realmente del alcance de sus comportamientos (excesivas excusas, atribución externa, no responsabilidad del proceso, …) y encontrar siempre salidas al hito que no estaban contempladas. Estas “salidas del hito” son también importantes a tener en cuenta en la visión global del proceso. El no verbal también suele ser un indicador importante del grado que el coachee está viviendo con excesiva ansiedad o estrés o melancolía el proceso. En este sentido, es importante analizar el grado que dicha inestabilidad se mantiene con el tiempo en las diferentes sesiones. Por otro lado un excesivo uso de verbalizaciones negativas del propio coachee sobre si mismo también es un buen indicador del grado de autoestima del sujeto y del grado que puede apostar por seguir adelante en la consecución de los objetivos profesionales. Y por último es importante si el sujeto presenta algunos de los indicadores aquí comentados, conocer algo del historial de vida. Las recidivas son frecuentes en este tipo de perfiles. Para concluir, dos recomendaciones, centrarse en los objetivos planteados en la sesión y delimitar muy bien de partida el grado de intervención que va a plantear el coach en la sesión. No pretendo haber sido exhaustivo, sin embargo creo que es un primer paso para poder contestar sobre este tema tan importante en el coaching. No dudar que habrá un territorio prohibido segunda parte.

domingo, 15 de marzo de 2009

FORMACION EN COACHING EJECUTIVO AECOP, TECNOCOACH VALENCIA

Este fin de semana ha comenzado la formación en coaching ejecutivo de Tecnocoach, acreditada por AECOP para formar coaches con una duración de 120 horas. El hotel NH Abashiri ha sido el lugar escogido como sede de dicha acción formativa. He tenido el privilegio de ser el primero en estar un fin de semana (15 horas, viernes tarde y sabado entero) con 14 futuros coaches en Valencia. Y no puedo más que alegrarme de la gran calidad humana que he encontrado en las personas que están comenzando este proyecto formativo. La gran mayoría provienen de la consultoría y tienen un claro interés por las personas y su desarrollo. Si algo tenía claro como presidente de AECOP Levante es que cualquier programa formativo que se avalara desde Levante debería garantizar que el futuro Coach sabía donde se metía y sobre todo que tenía esa “calidad humana y competencial” que es indispensable para el ejercicio de esta profesión. Por eso, más que un curso de introducción al coaching (que no lo ha sido) ha sido una inmersión en el coaching desde la reflexión y experimentación del coach como profesional. Hemos trabajado duramente durante quince horas dos ideas básicas fundamentalmente y que creo son indispensables para todo programa formativo. No soy de los que piensan que se deba comenzar la formación con qué es y qué no es el coaching ni con todo ese tipo de conocimientos que se puede encontrar hoy en día en cualquier libro de coaching. Creo que cada vez más el conocimiento debe ir al libro o al elearning, mientras que al aula, a la formación presencial debemos llevar vivencias y experiencias. El primer gran objetivo ha sido “el coach como coach y como coachee”. El grado que el coach se siente fluir tanto en un rol como en otro, la capacidad que tiene de estar en las dos caras de la moneda. Personalmente creo es fundamental para el coach saber ser coachee y por lo tanto tener una gran capacidad de desdoblarse en el otro. Este aspecto ha sido realmente duro en algunas de las prácticas pues como es normal se notan las resistencias en algunos casos del coach como coachee. Y eso bien merece que el coach lo reflexione, trabaje y elabore. El segundo aspecto ha sido lo que he denominado “el ejercicio del puzzle del coaching” donde se anotan más de 40 teorías y más de veinte instrumentos o herramientas y se pretende que los coachees las ordenen y categoricen para intentar comprender todos los diferentes acercamientos al coaching. Este ejercicio es de gran dureza intelectual pero de una gran practicidad pues permite sintetizar y esquematizar el estado de la cuestión facilitando la integración conceptual y técnica del futuro coach. Y sobre todo permite que el futuro coach sepa precisamente del gran valor de tener diferentes acercamientos y herramientas para utilizar en función del coachee. Estos dos aspectos creo que son fundamentales en cualquier coach hoy en día en su ejercicio profesional en la empresa: 1) autoconocimiento-integridad y 2) variedad disciplinar y técnica.
Gracias a todos los alumnos/profesionales de este primer curso que comienza y acaba en Junio las 120 horas. De hecho, en Levante ya tenemos dos cursos que han comenzado su andadura formando futuros profesionales en el coaching acreditados por AECOP: 1) el Master de Gestión del Talento, Gesta, de la Universidad de Valencia con 21 alumnos y 2) el programa de Tecnocoach con 14. Enhorabuena a todos, y enhorabuena a Levante, pues afortunadamente pronto tendremos profesionales con una formación integral en Coaching Ejecutivo que seguro redundará en el beneficio de nuestro tejido empresarial.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿SER UN BUEN COACH?

Veamos qué cosas podrían ser consideradas necesarias para ser un buen coach.

Primero, como buen coach se debe estar asociado para garantizar la cobertura/respeto de unas normas compartidas del ejercicio profesional. En el caso de AECOP-EMCC está muy bien delimitado. Estar asociado genera un código compartido de normas y límites y unas garantías de cara a la sociedad. Pero esto no es suficiente.

Segundo, se debe estar certificado, es decir, cumplir unos requisitos normativos de diferente índole que garanticen experiencia en el mercado del coaching ejecutivo, experiencia formativa, variedad de manejo disciplinar y variedad de herramientas, y ante todo competencias de coach. Pero no es suficiente.

Tercero, poner que se deben tener competencias de coach no es suficiente, pues como ponía en mi anterior entrada al blog, las competencias del coach se perciben rápidamente, y por lo tanto, es todo un entrenamiento personal de una gran variedad competencial que se trabajan continuamente. Pero no es suficiente.

Cuarto, se requiere una actualización continua. El coaching ejecutivo está avanzando a gran velocidad y requiere un gran conocimiento de management y de psicología, y por supuesto de la literatura específica de coaching. Pero no es suficiente.

Quinto, se requiere un espejo continuo. El coach necesita de un coach, y requiere de espejo continuo de sus intervenciones por lo que tener procesos bajo supervisión de otros coaches es una garantía de la calidad del coach. Pero no es suficiente.

Sexto y último, se requiere un mercado que haga de verdadero espejo de todo lo anterior. Si garantizamos coaches en el mercado con estos criterios, creo que avanzaremos mucho en la calidad y desarrollo de la profesión. La cuestión ahora es preguntarnos si somos buenos coaches. Por lo tanto, al final siempre hay un ejercicio de responsabilidad propia y social, un ejercicio de ética profesional al nivel más íntimo de cada uno de nosotros. Y en esa intimidad resuena la pregunta constante: ¿soy un buen coach?

Imagen de http://www.piaw.org/graphics/ethics-large.jpg

domingo, 1 de marzo de 2009

¿POR QUÉ QUIERES SER COACH EJECUTIVO?

No me malinterpreten, tengo claro que todo el mundo tiene derecho a la formación, al entrenamiento y a elegir su futuro. Pero no dejo de darle vueltas a varios encuentros que he tenido en los últimos años con “coaches” que dicen serlo y al más alto nivel. Claro, mi primera actitud siempre es positiva y de escucha activa, de aprendizaje, de observación del estilo de coaching o de las actitudes del coach. Pero después de seguir siendo muy positivo con tan digna profesión y especialización del desarrollo organizativo, no dejo de hacerme esta pregunta ¿pero pueden todas las personas que cumplen una formación determinada o tener una experiencia determinada ser coach? Todos sabemos que tanto en AECOP como en la ICF hay una serie de protocolos de control para la certificación. Pero a pesar de eso, sigo haciéndome la misma pregunta. No pongo en duda ninguna asociación, al fin y al cabo yo presido una en Levante. Pero me da que dejamos decisiones al mercado que igual no deberíamos hacerlo. ¿O sí? Pongamos por caso una persona que demuestra en AECOP su experiencia en coaching por más de 200 horas y es coach certificado profesional o las 100 horas que exige la ICF. En estos momentos soy poco partidista. Creo que me preocupa más el coaching como profesión y especialización. Si nos encontramos con personas que están haciendo coaching pero que cuando hablas con ellas notas “a todas luces” que no tienen ni escucha activa, ni actitud de coach, ni empatía, ni autoconocimiento, ni capacidad de aprendizaje o mejora… ¿se imaginan cómo se le queda la cara a uno? Igual es que es mejor no observar sencillamente estar. Pero flaco favor hacemos a la profesión. Esta observación y estas dudas son las que me han llevado a insistirles a todos los programas de formación y entrenamiento acreditados por AECOP en Levante que hacen consultoras como Tecnocoach (http://tecnocoach.corex.es ) o el master Gesta de la Universidad de Valencia (www.gestiondeltalento.es ) a tener un primer bloque no ya sobre las competencias del coach sino sobre la vivencia personal de por qué quiero ser coach y trabajar mucho esa parte desde el comienzo. De hecho, comienza en un par de semanas el primer curso de Tecnocoach del cual han tenido a bien invitarme para dar el primer módulo con quince alumnos/colegas que quieren ser coach. Estaremos quince horas iniciales encerrados analizando precisamente esto. Creo que si alguien decide cambiar de rumbo será tan buena decisión como continuarlo. Creo que debemos hacer espejos desde el comienzo y comprender que el coach tiene implicaciones personales y laborales sobre sus clientes y por lo tanto merece que el aval de AECOP garantice una ética a todos sus niveles (se puede consultar el documento ético de AECOP http://www.aecop.net/ y el documento ético de la EMCC a la que pertenece AECOP en Eurpa http://www.emccouncil.org/ ). Luego, creo debemos entrar en los cursos no ya con el clásico qué es y qué no es el coaching que tan a la saciedad existe en los cursos y manuales. Sino precisamente ¿por qué quieres ser coach? Con ello sí que estaremos sembrando por el futuro de la profesión. ¿Qué pensáis?