Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

V JORNADAS INTERNACIONALES MENTORING Y COACHING EN MADRID

Durante el 23 y 24 he asistido a las jornadas de mentoring y coaching organizadas tanto por la Universidad Politécnica de Madrid como por la Universidad Complutense de Madrid. Como siempre Miguel y Ana han sabido integrar tanto conferencias invitadas como el formato presentación o comunicación corta de experiencias profesionales. He de destacar que me gustó especialmente la conferencia de Gonzalo Hervás sobre Psicologías positiva, presentando el modelo de bienestar de Ryff (1989), hablando de las fortalezas humanas (rasgos positivos innatos e intrínsecos basado en Peterson y Seligman, 2004), y de la importancia de gestionar los recursos humanos basados en las fortalezas. Aparte ha mencionao la asociación internacional de psicología positiva y la formación en estos momentos de la sociedad española de psicología positiva.

También destacar las intervenciones de Barbara McMahon sobre coaching transformacional y Kate Edgar de Miscrosoft donde nos ha planteado sus modelos sobre lo que hacen los directivos excelentes. Ambas venidas a las jornadas de la mano de Marta Williams, nuestra coach ejecutiva por excelencia. Me ha llamado también la atención que en la complutense hay varias doctorandas sobre coaching ejecutivo que han presentado trabajos: Idoia Gorroño y Mª Trinidad Arquero. En Valencia también estoy llevando dos doctorandos uno en temas de coaching ejecutivo y otro en temas de inteligencia emocional en equipos. Así que estamos en enhorabuena pues por fin también la ciencia se preocupa y ocupa del coaching y el talento en las organizaciones. Por último, dos expertas en desarrollo organizativo como es el caso de Raquel Velázquez directora de desarrollo de Roche y Gisèle García directora de desarrollo de personas y coach en área de Gestión del cliente en Cetelem-BNP Personal Finance España. Hay que decir que mi conferencia fue previa a Raquel y Gisèle y que contextualicé el coaching ejecutivo en la gestión del talento trabajando el 9-grid-box y los sistemas de gestión del talento, presentando el modelo Top-Talento desarrollado por el Centro Europeo de Coaching Ejecutivo (www.centrocoaching.com). Raquel, apoyándose en mi conferencia ha comentado el trabajo tan increíble que están haciendo precisamente con sus programas de gestión del talento. Con sus dos entrevistas anuales, sus procesos de feedback 360º que han permitido madurar a sus directivos en los programas de talento y donde se trabaja tanto la potencialidad de los directivos. Giselle ha narrado su plan de desarrollo basado en la formación, mentoring y coaching con directivos, aparte de su creatividad en el tema de coaching de equipos al llevarse a algunos directivos a una bolera para experimentar el “darse cuenta” de la importancia del trabajo en equipo para la mejora de la organización. Ya en las comunicaciones finales destacar el trabajo de Mayte Inglés con una experiencia de empresa familiar y de Angel Briones con sus cartas R.O.U.T.E. de coaching que nos ha dejado admirado y maravillado. Bueno toda una experiencia como todos los años, y lamento perderme el último día donde se toca especialmente el tema de coaching de equipos. Enhorabuena de nuevo por esta gran experiencia que compartimos todos los años.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿A dónde van las palabras que no se quedaron?

Fernando nació, creció y vivió en la empresa. En realidad no hizo más que lo que le habían enseñado. Ser agradecido con la vida por ponerle ese trabajo al que tanto ahínco y esfuerzo dedicó y en el que entregó su piel y su vida. Comenzó de operario, pasó por todos los departamentos, vivió las jornadas intensas sin descanso delante de máquinas que no le hablaban ni le preguntaban ni le retaban, sino que de modo despiadado le pedían una y otra vez lo mismo. Cambió de departamento una y otra vez, de tal modo que era capaz de descomponer el producto en todos sus detalles, él había estado en todos. Ascendió y se hizo alguien indispensable para la empresa, casi su emblema. Y así, día a día, ayudaba a los demás a resolver conflictos y problemas que él seguro en sus más de cincuenta años había ya vivido. Eso sí, la empresa no había cambiando nada, por eso Fernando era fuente de todo conocimiento, lo sabía todo, cada máquina, cada proceso. Si es que él había estado ahí, día tras día. Sin embargo, un buen día Fernando se hizo mayor, cumplió los 65 y le tocó el turno de dejar la empresa. La dejó y buscó sucesión. Fernando se fue, y con él muchas experiencias, trucos, vivencias, aprendizajes, … Y como dice mi amigo Silvio:


¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas,
como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿Acaso se van?
¿Y a dónde van?
¿A dónde van?


……………………………


Eso mismo me pregunto yo, ¿A dónde va todo lo que sabe Fernando? Todos sus conocimientos, aprendizajes, experiencias, sinsabores, emociones, retos, destrezas, … ¿A dónde van? ¿Qué hace la organización con eso? ¿Acaso sabe que éxiste? ¿O acaso sencillamente porque está entre las rendijas buscando calor no se da ni cuenta que alguien tiempo atrás aprendió a hacerlo bien y se lo llevó todo con él? ¿A dónde va ese reto continuo, ese ascender en el conocimiento, ese iluminarse con la sabiduría del experto? ¿Acaso nadie lo ve? ¿Acaso no le importa a nadie? ¿Y la empresa, no dice nada? ¿Deja que todo se vaya porque un cuerpo arrugado no es bien visto? ¿Deja que se escapen esas emociones diarias que forzaron el aprendizaje de Fernando? ¿Nadie se quedó con esas palabras, o acaso sólo se quedaron con las palabras, pero ya no las tendrán más porque Fernando partió de la empresa?

¿Acaso nadie es capaz de pensar en abstracto y poner en una balanza virtual todos los intangibles que poseía Fernando? ¿Acaso el tiempo marchitó todo ese conocimiento? ¿Acaso creemos eso? ¿Cómo se puede llegar a perder tanto sin aprender, objetivar, mentorizar, y explicitar tanta sabiduría? ¿O acaso eso no es pérdida?

Sólo sé que Fernando se fue, se jubiló, y ya algo más viejo y arrugado por fuera, fue dejado en la estantería de los hitos de la empresa.

El conocimiento en este país se pierde de modo exponencial, y con ello la eficacia, eficiencia, productividad, innovación y aprendizaje. ¿Cómo podemos dejar que el talento se nos escape? ¿Acaso no lo ve nadie? ¿Lo veis vosotros? Yo lo veo, ¿alguien más lo ve? …


miércoles, 10 de noviembre de 2010

El conocimiento es poder, por eso necesitamos gestionar el talento

Si tal y como han leído, el mayor reto en esta nueva economía de la tercera ola es precisamente el conocimiento, pero no como algo pasivo sino más bien como algo que está continuamente en construcción, modificación y cuestionamiento. En efecto, nuestra visión muchas veces pasiva de lo que sería la información o los datos, nos hace pensar que el conocimiento es también algo estático. Y sin embargo, el conocimiento no es más que el cruce entre el talento y la información. Casi nada. En efecto, la información y los datos están disponibles para gran parte de las empresas, sin embargo no todas sacan partido de esta información. ¿Qué las diferencia? No lo dude, el talento, la mirada del talento que es la que interpreta y da un marco conceptual e interpretativo a la información y los datos. Por eso, para competir en la tercera ola necesitamos un nuevo enfoque de nuestra organización. No nos sirven los viejos esquemas basados en la producción y en su eficiencia a base de la repetición continua y estabilidad de mercados. Hoy estamos en una ola continua, en efecto, estamos surfeando entre conocimientos, tendencias, generaciones, ideas, y en el fondo en un sinfín de intangibles que nos acercan cada vez más a comprender el porque precisamente de la importancia de la diversidad en las organizaciones. O aprendemos a gestionar desde la diversidad o el pensamiento único nos enterrará como empresa.

Pero ¿qué hacer entonces? ¿cómo gestionar el conocimiento? Y sobre todo ¿cómo convertirlo en algo de valor para diferenciarnos? Creo que es muy importante distinguir entre lo que en su momento Nonaka y Takeuchi denominaron conocimiento tácito y explícito. Lo más importante para la organización es precisamente cómo gestionar el conocimiento que tienen muchos de sus empleados, pero como bien sabemos, sólo lo tienen ellos, y como si fuera un ejercicio de la ventana de Johari, nos planteamos no sólo si quieren compartirlo, sino muchas veces si son conscientes del valor de su conocimiento. Las organizaciones tienen que comenzar a preocuparse por movilizar el conocimiento tácito (aprendido e intangible) de los empleados para poder desarrollar a otros y con esto hacer que la organización aprenda. Hay muchos métodos, pero quizás sencillamente sabiendo que el conocimiento tácito se puede convertir en tácito a través de la simple observación y de la experiencia. Tal es el caso del cirujano que enseña a su residente a través de la observación, no hay instrucciones sino sólo contemplación y aprendizaje en vivo. Pero muchas veces ese conocimiento es muy costoso trasladarlo mediante este método de socialización, y entonces es cuando la organización se plantea cómo convertilo en explícito y accesible a todos. Quizás este es un paso muy delicado y complejo pues no siempre es fácil convertir la experiencia aprendida durante años en algo testimonial y visible. Y quizás ahí es donde también interviene la creatividad en la gestión del conocimiento. Me refiero a qué sistemas utilizar para que esa persona con tanta experiencia pueda compartir tan objetivamente su conocimiento. Le podemos pedir un artículo de opinión para que pueda expresarse, pero muchas veces captas parcialmente ese aprendizaje. O le podemos decir que lo explique verbalmente. Y por lo tanto entra en juego su interpretación, más que su experiencia directa. Como se puede ver no es fácil. Ese quizás es el gran reto de las organizaciones, gestionar el conocimiento a través de la gestión del talento. Hay tanto conocimiento perdido que cuesta comprender a veces cómo las organizaciones no se preocupan más por no perder ni un ápice de las experiencias de sus profesionales. Ese es nuestro reto hoy en día.