Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

sábado, 11 de mayo de 2013

¿Dirigimos Personas o Recursos?... Humanizar la empresa es rentable

De todos es sabido que se nos denomina Recursos Humanos (RRHH) aunque ya desde hace tiempo muchas asociaciones profesionales han cambiado su denominación para dejar claro el mensaje de que, a pesar que el título más conocido es ese, es un flaco favor para la profesión considerarlo “recurso”. La mayoría que han cambiado ha preferido Dirección de Personas, Desarrollo de Personas o similares. Quizás pueda pensar que es un tema conceptual nada más, pero permítame defender que es mucho más. La etiqueta casi define la función. Si usted quiere recursos los tendrá, pero sería como quedarse con una pequeña parte de lo que puede hacer la función en la organización. Veamos algunos ejemplos y quizás quede más claro.

Fernando, Director Comercial, lleva un departamento con más de 100 personas, la empresa es claramente comercial y tiene cuatro jefes de equipo. Fernando no es director de RRHH pero sin embargo sobre él recaen competencias claras de liderar personas. La pregunta en este caso sería precisamente cómo afectan los RRHH a Fernando  e incluso cómo le pueden ayudar. Fernando puede pedir ayuda al departamento para los procesos de selección, para la evaluación del perfil del trabajador, para analizar potenciales profesionales a promocionar, para revisar salarios o incluso beneficios sociales. Hay muchas más cosas, pero desde luego hay una importante que a veces nos olvidamos. Si Fernando piensa en RRHH como recurso, lo utilizará para sus fines en la medida lo necesite. Pero si Fernando considera que él mismo dirige personas, igual considera que casi pertenece también al departamento mal llamado de RRHH. Ahora lo podemos llamar departamento de Dirección de Personas (DP). Si a Fernando lo motiva e implica el director del departamento de DP como un socio, aliado y como alguien que comparte sus objetivos, seguramente la relación de Fernando con el departamento será mejor y más integra. Esto implica que igual desde el departamento de DP se ayuda a Fernando, pero con Fernando, a liderar el equipo, a seleccionar, a evaluar y a incentivar, entre otros.
Si esto mismo que hemos conseguido con el departamento comercial lo hacemos con el departamento financiero y con el de producción, entre otros, seguramente el departamento de DP tendría otro impacto en la organización. Por lo tanto, en la medida que tenemos personas en todos los departamentos y que se busca su productividad y mejora continua, podríamos decir que el departamento de DP está en todo. No es una frase hecha. Recuerde que los proyectos mueren por los fallos en la implementación de la estrategia, y eso solo es posible si contamos con el talento adecuado. Estrategas cada vez hay más, pero implementadores de la estrategia nos cuesta encontrar. Eso impide que haya más proyecto emprendedor a pesar que tenemos mucha gente con ideas.
La productividad depende de la entrega, compromiso, esfuerzo y confianza que hemos generado con el empleado. La innovación en la organización depende del clima organizativo y de las estrategias de empowerment que se hayan diseñado para mejorar la profesionalidad de los profesionales.
Personas, personas y más personas… no son palabras, son hechos ya contrastados y sobre todo realidades que afectan al rendimiento y competitividad organizativa. De usted depende decidir cómo llamarlo...