Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

sábado, 11 de febrero de 2012

EL EMPRENDEDOR QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO


Emprender según Nueno es tener una sensibilidad especial para detectar oportunidades y la capacidad de movilizar recursos. En este sentido, Charles Handy decía que “el azar trae oportunidades si sabemos mirar”. Todos hemos oído frases parecidas y en el fondo parece que no vayan con nosotros o no nos lleguen a afectar realmente. Creo que hemos esperado durante mucho tiempo que “pasaran cosas” en nuestras vidas para tomar decisiones. Tampoco el modelo racional de la economía y del management del últimos siglo ha favorecido este proceso. 
Sin embargo, sí creo es un momento para la intuición y para la conexión personal con nuestros principios y valores, de modo que éstos conecten con nuestra toma de decisiones con una nueva perspectiva.
Es un buen momento para tener otra mirada, una mirada diferente a nuestro entorno y a las cosas cotidianas que nos rodean. Bien es verdad que no estamos acostumbrados. Nuestros mecanismos de atención y percepción nos filtran tanta información del entorno que igual cabe pensar que lo que antes desechábamos ahora sí lo necesitamos. Y por eso, deberíamos abrir nuestra perspectiva y enfoque comenzando a relajar los filtros y observar cosas diferentes que antes no le dábamos quizás valor, o sencillamente no nos planteábamos, nos dejábamos llevar.
Esto claramente nos lleva a la neurociencia y al entrenamiento de habilidades, donde tenemos que re-educar de nuevo nuestra mirada. Desaprender rutas neuronales fortaleciendo otras.
¿A qué mirada me refiero? A la mirada del emprendedor en su rol innovador como enfatizaba Schumpeter, la mirada del que es capaz de interaccionar con su entorno y aportar su valor. La mirada del individuo que conecta con sus preferencias, valores y estilos de vida y se plantea qué hacer. Conseguir esa mirada no es algo inmediato, pues como todo proceso de entrenamiento requiere tiempo y práctica deliberada. Significa mirar de modo diferente nuestra casa, nuestro barrio, nuestra sociedad, nuestra gente, nuestras ideas y por lo tanto a nosotros mismos, es decir, a las cosas que pasan en nuestro contexto externo e interno inmediato. Una nueva mirada capaz de estar recibiendo más estímulos y contemplarlos con la mirada de la intuición mas profunda. Conectar con nosotros y hacer de esta conexión una extensión hacia el entorno. Y sencillamente percibir, comenzar a percibir cuando surge o brota una fuente motivacional que notamos diferente, más propia, más nuestra, que nos incita a prestar atención, a querer hacer algo, que nos mueve. Ese momento es clave pues esa motivación se debería conectar con un principio de acción y coraje. Y arrancar algo, un proyecto personal o profesional, una asociación, una fundación, una empresa. Quizás este es el momento clave, el de la movilización. El de haber percibido algo que conecta con nosotros y movilizarnos. Este concepto emprendedor es amplio, abierto a todo tipo de escenarios. Pero sobre todo es un concepto personal, íntimo, casi existencial. Handy decía que prefería llamar a los emprendedores "alquimistas", Renau los llamaba "creadores". Ese alquimista no era ni un superdotado ni un hechicero, ni un genio, sino gente que de la nada es capaz de crear un proyecto, gente normal como tú y yo, "cualquiera de nosotros, en determinada área, en determinado momento de la vida, lo puede ser. Basta saber descubrirlo el día que surge la oportunidad".  Además, decía: "el mundo necesita de nuevas ideas, nuevos productos, nuevos tipos de asociaciones e instituciones, nuevas iniciativas, arte y diseño nuevo".
Muchos proyectos emprendedores no vienen de ese maravilloso proceso de planificación que nos han vendido, pues salen del corazón, de la intuición o simplemente del azar, de aprovechar una oportunidad que pasa por delante de nosotros. Quizás por eso esta nueva mirada nos permita verla, movilizarnos, lanzarnos con coraje a dar un pequeño paso que se multiplique con el tiempo. Tampoco un gran paso, una gran inversión. Está todo muy mitificado. Gandhi decía que todo lo que realizaba era insignificante, pero eso sí, era muy importante que lo hiciera. Ese pequeño paso que en la gestión del talento se ha llamado efecto multiplicador y que tiene la capacidad de conseguir resultados a nivel exponencial en el tiempo. Este pequeño paso de cada uno significa un proyecto pequeño, quizás diminuto, pero multiplicado por toda una sociedad es un gran movimiento social. Esa es la nueva mirada, la que no sólo escucha, atiende o percibe atentamente, sino la que interactúa con lo mejor que tiene cada uno, la que no pretende hacer lo que hacen otros, sino la que pretende expresar su valor e idiosincrasia. De nuevo Handy decía "nadie puede ser experto en todo, el secreto consiste en hacer más de lo que uno hace mejor, pero eso requiere conocer cada función y ser sincero con uno mismo". Ese es el valor de cada uno que agregado genera la sinergia de una nueva mirada al emprendedurismo social y empresarial. Si emprender como decía Cantillón en el siglo XVII es poner en marcha un proyecto, ¿qué mejor que poner en marcha nuestro proyecto? Un proverbio chino decía que "el fracaso más grande es no haberlo intentado". Si ya partimos de eso, ¿qué podemos perder? Esa es la acción desde el ahora, desde el ahora mismo. Martin Luther King expresaba "si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol".  Yo creo que también... ¿y tú? ¿qué haces hoy? ¿Y mañana? 

6 comentarios:

pcr dijo...

Hoy quiero arriesgarme a intentarlo y al menos tener la posibilidad de tener éxito. Y mañana seguiré intentándolo y aprendiendo de hoy y de ayer para conseguir lo que quiero, para no dejar pasar de largo ninguna oportunidad que aparezca en mi camino... Gracias, Rober.

Alicia Bastida dijo...

Pero hay algo tan poderoso como las ganas de intentarlo, que es el miedo... aquella sombra que persigue a todos aquellos que no se lanzan a seguir sus sueños... una pena, porque estoy de acuerdo en que se fracasa cuando se da abandona, sea el motivo que sea...
Me quedo con una frase de una peli muy reciente:
"Si te asegurasen que tendrías éxito, qué harías? Pues lánzate y hazlo!"
El miedo al fracaso es el mayor freno de los sueños... pero para mi, el mayor fracaso es no seguirlos por miedo...

Rober dijo...

Gracias por vuestras palabras, los proyectos siempre tienen dos caras la del miedo y la de la oportunidad... en cierto modo estamos eligiendo continuamente entre las dos... yo al menos mi decisión la tengo clara... saludos,rober

Sarah dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sarah dijo...

Sin duda tenemos que empezar a "mirar" con mente de principiante, ese estado en el que todo te sorprende y te entusiasma. Esto significa ver con todos nuestros sentidos, observando, percibiendo, sintiendo y reaccionado de forma consciente ante cualquier oportunidad o estímulo que surja a nuestro alrededor o en nuestro interior. Oler las oportunidades, sentirlas e ir a por ellas, conectando con la pasión que cada uno tiene.
Me gusta la denominación de “creador”, todos tenemos un creador (un emprendedor) dentro., que imaginar, que intuye buenas ideas. Solo hay que escucharlo y ponerse en marcha.

Rober dijo...

gracias sarah es perfecto como lo has expresado... si creo que todo parte de conectar más con nosotros para conectar más fuera...
saludos,
rober