Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿SER UN BUEN COACH?

Veamos qué cosas podrían ser consideradas necesarias para ser un buen coach.

Primero, como buen coach se debe estar asociado para garantizar la cobertura/respeto de unas normas compartidas del ejercicio profesional. En el caso de AECOP-EMCC está muy bien delimitado. Estar asociado genera un código compartido de normas y límites y unas garantías de cara a la sociedad. Pero esto no es suficiente.

Segundo, se debe estar certificado, es decir, cumplir unos requisitos normativos de diferente índole que garanticen experiencia en el mercado del coaching ejecutivo, experiencia formativa, variedad de manejo disciplinar y variedad de herramientas, y ante todo competencias de coach. Pero no es suficiente.

Tercero, poner que se deben tener competencias de coach no es suficiente, pues como ponía en mi anterior entrada al blog, las competencias del coach se perciben rápidamente, y por lo tanto, es todo un entrenamiento personal de una gran variedad competencial que se trabajan continuamente. Pero no es suficiente.

Cuarto, se requiere una actualización continua. El coaching ejecutivo está avanzando a gran velocidad y requiere un gran conocimiento de management y de psicología, y por supuesto de la literatura específica de coaching. Pero no es suficiente.

Quinto, se requiere un espejo continuo. El coach necesita de un coach, y requiere de espejo continuo de sus intervenciones por lo que tener procesos bajo supervisión de otros coaches es una garantía de la calidad del coach. Pero no es suficiente.

Sexto y último, se requiere un mercado que haga de verdadero espejo de todo lo anterior. Si garantizamos coaches en el mercado con estos criterios, creo que avanzaremos mucho en la calidad y desarrollo de la profesión. La cuestión ahora es preguntarnos si somos buenos coaches. Por lo tanto, al final siempre hay un ejercicio de responsabilidad propia y social, un ejercicio de ética profesional al nivel más íntimo de cada uno de nosotros. Y en esa intimidad resuena la pregunta constante: ¿soy un buen coach?

Imagen de http://www.piaw.org/graphics/ethics-large.jpg

2 comentarios:

Carmen Gómez Ejerique dijo...

Hola Rober.
Me gusta mucho los puntos que planteas con los que estoy de acuerdo. Es necesaria una formación continua (como en todas las profesiones, creo yo), una supervisión, una organización o certificación que te avale como coach y además también para mí es muy importante un elevado grado de autoconocimiento.
Aún así sería bueno aceptar que aunque seamos "perfectos coaches" con algunos clientes no conectaremos lo suficiente y quizá eso no es que no seamos buenos, simplemente que no somos buenos para ese caso o persona concreta, como lo ves tú?.
Un abrazo

Rober dijo...

claro la profesionalidad del coach proviene de su capacidad de utilizar diferentes disciplinas y herramientas en funcion de su coachee. Precisamente esos clientes con los que no se conecta son incidentes criticos para el coach para poder revisar con su propio coach, creo es necesario, pues identifican nuestras areas de mejora.