Presidente de AEDIPE y AEDIPE Comunidad Valenciana. Presidente de AECOP-EMCC España (coaching ejecutivo). Director del Master de Gestión del talento (www.mastergesta.es). Director de las jornadas TMT, Talento & Management Tendencias. Catedrático de Organización de Empresas en el Dpto. Dirección de Empresas (Facultad Economía, Universidad de Valencia), Coach Senior Certificado CS44. Conferenciante y Escritor. Y padre de dos hijas preciosas.

lunes, 9 de marzo de 2015

¡LA DIFERENCIA DEBER SER EL TALENTO NO EL GÉNERO…!


Los que trabajamos desde la gestión del talento no deja de sorprendernos cómo evoluciona la sociedad y las empresas a nivel tecnológico pero tan poco a nivel mental y de evolución personal. Si miramos hacia atrás podremos ver una gran evolución en el tema de la mujer, de hecho si habláramos con Clara Zetkin que en 1910 propuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, o con cualquiera de las costureras que se pusieron en huelga en 1857, seguramente podría ver con gran alegría la situación actual. Sin embargo, desde otra perspectiva, podemos pensar que han pasado más de 100 años y aún seguimos con determinados sesgos y prejuicios, difíciles de comprender e incluso de erradicar. ¿Cómo puede ser que haya tal brecha laboral entre el hombre y la mujer?
No entendemos, los que trabajamos en la gestión del talento y que nuestra obsesión son las competencias organizativas y profesionales para determinar cuáles serán los mejores trabajadores y profesionales, cómo después de 100 años todavía tenemos una gran cantidad de empresas que no miran a la mujer desde su rol y profesionalidad competente. ¿Acaso el primate puede más que toda la evolución que hemos vivido en los últimos años? Quizás necesitemos a nuestro amigo Pablo Herreros, sociólogo y primatólogo, para que nos explique cómo separar al macho alfa de la empresa y del rol profesional. Cuando uno está acostumbrado a hablar de las competencias clave, de las competencias organizativas, de los incidentes críticos hacia la excelencia o de la prioridad del talento sobre el poder, el discurso que aun hace perenne la diferencia de género parece no solo medieval sino más allá. Parece que solo hay una medicina para dejar de celebrar este 8 de mayo, y es sencillamente profesionalizar a nuestros empresarios y directivos, eso sí, cargados de una perspectiva y visión mucho más allá de una economía radicalizada en los principios del oportunismo empresarial. Nuestros expertos nos dicen que no hay mejor empresa que aquella que es capaz de desarrollar profesionales excelentes en climas de confianza. Pero la pregunta clave es: ¿Cómo poder conseguir con la misma velocidad con la que el iPhone se ha instaurado en nuestras vidas o el WhatsApp o el LinkedIn, que nuestros hombres y mujeres evolucionen hacia un mercado no sesgado por el género sino por el talento? ¿Qué deberíamos inventar para sensibilizar a la población? No entiendo, y lo digo con pesar, como dedicamos tantos millones a I+D (sobre todo fuera de España claro) y no a interiorizar en estos cambios de valores y mentalidad que son en realidad la esencia de toda evolución. Más talento y menos prejuicios, más excelencia y menos favoritismos, más competencias y menos hormonas,… ojala prevalezca el sentido común del talento sobre un mundo empresarial segado por el poder del macho alfa.

Posdata: La Fundación Vicente Ferrer ha lanzado un reto “De Mujer a Mujer” que merece la pena lo podamos conocer y compartir, “De Mujer a Mujer”, la mayor red solidaria de mujeres del mundo: http://www.fundacionvicenteferrer.org/mailing/mam/2015/index.html

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