No hace falta ser un gran científico para replicar lo que en la literatura se ha visto durante las últimas décadas, que más de un 66% de los empleados indica que sus jefes no saben cómo motivarles. Y los jefes indican en más de un 50% que no saben cómo motivar a sus subordinados. Si es que como hemos visto en otras entradas, no es fácil ser buen jefe, pero no por ello debemos de dejar de buscar activamente fórmulas de negociación con los empleados para establecer contratos psicológicos que estimulen la participación y el esfuerzo para que redunden en la productividad y en un compromiso mayor con la organización.
Todos pensamos que lo ideal es un empleado motivado, pero esta expresión sólo es posible para un autónomo, es decir, cuando no hay un contexto organizativo. Como decía Ortega: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". Por eso el contexto organizativo es tan importante pues puede estimular o expulsar el talento de la organización.
Towers Watson en Global Workforce Study (2007) indica cómo el bajo compromiso afecta a los resultados en un 33% de los ingresos, así como el alto compromiso en un 19%. Por otro lado, Luna en un estudio científico obtiene un impacto de la satisfacción sobre la productividad en un 20%. Mientras que en un estudio de Gallup se analizó el compromiso de los empleados teniendo éste un impacto de un 50% en la productividad.
Según un estudio reciente de Adecco con 2020 trabajadores casi 4 de cada 10 españoles (38,8%) consideran que tienen más formación que su jefe y un 30% no confía en su jefe. En otro estudio de esta consultora en este último periodo Navideño se indicaba que un 49% los trabajadores pedirían un cambio de empresa por Navidad. En otro estudio de la empresa Monster, casi la mitad de los encuestados afirma que le gustaría cambiar de carrera o reorientar su trayectoria profesional para evitar la insatisfacción en su empleo actual.
Como vemos los estudios nos indican que no existe en realidad ni mucha confianza ni mucho compromiso en general. Estas variables son lo que se denomina variables resultado, es decir, fruto de otras variables antecedentes que las provocan. Por eso, se deben tomar como indicadores de unas organizaciones que no están obteniendo ni buen clima ni buenos resultados. Pero, ¿qué es entonces lo que provoca estos malos resultados?
En el estudio de Edenred y la Escuela de Negocios IESE con 1200 empleados se concluía que los trabajadores que veían su trabajo no sólo por ganar dinero sino como un modo de aprender o tener un impacto positivo estaban más satisfechos. Y para Meisser, autor de un estudio con 809 empleados, la inteligencia emocional aumenta la dedicación y la satisfacción laboral. Los estudios clásicos de motivación intrinseca y extrínseca de Herzberg, o de tantos otros autores que han intentado comprender la motivación no han resuelto la fórmula magistral para obtener contextos laborales excelentes. A pesar de ello, afortunadamente tenemos casos y ejemplos de organizaciones que se preocupan por el talento de sus empleados siendo conscientes que con ello cuidan la sostenibilidad de la empresa. Más hoy en día donde la gestión del talento y del conocimiento se ha convertido en la piedra angular de las empresas.
De un reciente estudio que hice, obtenía estos datos que quizás aporten más información a la situación actual que tenemos:
a. La motivación de logro de los empleados es una de las más importantes para las empresas, es la satisfacción de conseguir con tus competencias resultados en la empresa. Sólo un 14,3% de empresas están en el TOP-LOGRO.
b. La satisfacción con el propio trabajo es claramente una de las variables más estudiadas para analizar el ajuste de la persona con su puesto. Sólo un 10,8% está en el nivel de TOP-SATISFACCIÓN LABORAL.
c. La satisfacción del empleado en el uso de sus habilidades es otro buen predictor no sólo de la motivación y compromiso sino también de los resultados organizativos. Sólo un 10,7% de empleados indican estar satisfechos con las empresas en este nivel de TOP-SATISFACCIÓN COMPETENCIAL.
d. El disfrute de lo que hace el empleado se ha relacionado con la calidad, creatividad y mejora constante. Sólo un 7,2% de empresas están en el TOP-DISFRUTE.
Son muchas variables por lo tanto las que influyen en estos resultados, pero no quiero terminar sin llamar la atención a algo que es un problema ya desde hace bastante tiempo en nuestra sociedad, y es que, según un estudio de Randstad, dos de cada tres universitarios no trabajan en lo que han estudiado. Aparte sólo un 59% volvería a estudiar lo que ha estudiado. A todo esto habría que añadir que uno de cada cuatro (25%) de los estudiantes universitarios no hace la carrera que eligió en primer lugar, y por supuesto, preguntarse si esa primera carrera está guidada por elementos motivacionales de vocación o por otros más externos. Más aún cuando hablamos de otros contextos no universitarios, la pregunta es cuántos trabajadores están en el puesto que quieren y en la profesión que deseaban.
Quizás entonces lo que si podemos sacar como conclusión es lo siguiente:
1. Intente hacer aquello que le apasiona pues será más feliz y tendrá más salud. E incluso en el actual trabajo si no le apasiona, intente buscar la parte positiva que le haga dar sentido a su día a día laboral.
2. Evite contextos laborales dañinos que le pueden perjudicar su salud, y si no lo puede evitar, entrene su inteligencia emocional y resiliencia laboral, pero nunca perjudique su autoestima.
3. Si puede elegir, no cambie de trabajo sólo por un criterio económico, valore la organización, y variables de responsabilidad, autonomía, participación, etc... con eso garantizara su ajuste y salud laboral.
4. Procure tener otra vida que la laboral, otros roles. Todo ello para beneficiar su capacidad de desconexión y sobre todo para tener una mayor flexibilidad y apertura mental.
5. No se aísle en el espacio laboral donde esté, cubra su necesidad social de pertenencia y relación social en el trabajo con aquellas personas que le permiten tener un motivo y dar sentido al trabajo diario.
6. No olvide que quizás las variables externas (jefe, sueldo, etc.) son las que le provocan más insatisfacción laboral, pero encuentre algún motivo intrínseco (trabajo mismo, vocación, autonomía, etc.) que es el que le hace levantarse todos los días con energía e ilusión.
Pero como mejor recomendación final leamos a Jose Antonio Marina sobre los secretos de la motivación.
2 comentarios:
Hola Roberto, tremendos los datos y esclarecedores a la vez. Será largo y difícil levantar el país con premisas como las que comentas.
Y veo muy determinantes las conclusiones que aportas porque precisamente la inmensa mayoría de los empleados no sólo no las cumplen sino que ejercen sus opuestas. Pienso que hemos llegado a un nivel tal de intoxicación laboral por parte de los empleados que parece increíble que muchas empresas sigan funcionando.
Sabes cuanta gente me ha comentado estas fiestas lo denigrante que resultan las cenas de empresa porque allí hay que apechugar con simpatía con gente que no tragas sólo porque es Navidad?.
Tendríamos que perder el miedo, ver qué queremos hacer profesionalmente en la vida e intentar buscarlo con ahínco. Queda mucho trabajo por hacer.
Gracias por tus palabras
Saludos cordiales
GUILLERMO LLOFRIU
http://discernia.blogspot.com
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gracias guillermo por tu comentario en efecto aunque no son alentadores los datos, siempre hay que atentar a la responsabilidad individual... se tu el cambio que quieres ver en el mundo decia Ghandi... animo
rober
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