Hace mucho tiempo, concretamente en 1967, Overmaier y
Seligman demostraron a través de una serie de experimentos científicos, que
cuando se nos expone a una situación donde no tenemos opción de control
ninguna, perdemos en cierto modo la referencia para posteriores actuaciones. Es
decir, que cuando se da el caso que sí tenemos opciones de control, resulta que
creemos que no las tenemos al haber sido expuesto al shock de las anteriores
experiencias negativas. A este fenómeno se le llamo “indefensión aprendida”, es
decir, acabamos aprendiendo que no se puede hacer nada.
No hay peor estado para un país que el de la indefensión
aprendida, pues el ciudadano entonces percibe que no tiene ningún tipo de
control. Y no hacer falta mirar muy
lejos para comprender el grado en que este fenómeno tan sumamente perjudicial
se ha instaurado en nuestro país: política, educación, administración pública,
sanidad, creación de nuevas empresas, etc…
Pero ¿qué se puede hacer? Claramente podemos hacer muchas
cosas. Primero comprender que el shock recibido con la crisis debe
contextualizarse. Llevamos ya mucho tiempo insertos en esta crisis para seguir
en el estado de shock que se observa en algunos entornos. Por lo tanto,
comenzar a hacerse responsable de nuestras acciones y del control de las
mismas. No podemos perder la sensación de control, la contingencia entre lo que
hacemos y sus resultados. Y menos durante tanto tiempo.
La misma teoría induce tres preguntas a hacernos para poder
reformular su situación. La primera pregunta es sobre el grado que pienso que
la causa es interna/propia o externa. Si considero la he provocado yo tendrá un
efecto claro en nuestros niveles de autoestima, por ejemplo. Por otro lado,
debemos plantearnos la estabilidad de la situación. Pues si se entiende este
estado de shock es estable, se genera una cronicidad en la indefensión. Por lo
que nuestra respuesta será mucho más baja cuando más estable pensemos es la
situación. Y por último, el grado que esta situación es global o específica. Si
entiendo es global, se generalizará mucho más la indefensión a muchas otras
áreas de nuestra vida. ¿Qué grado de indefensión diría que tiene usted
considerando estas tres variables?
Quizás deberíamos comenzar a reflexionar un poco más sobre
el grado de control que tenemos de nuestra propia vida y acciones. Lo macro
obviamente tienen un gran impacto en lo micro, pero también lo micro de modo
agregado tiene un gran impacto en lo macro. Es decir, todos tenemos la
responsabilidad de nuestras acciones y con ellas la de construir el modelo de
sociedad que queremos, incluso en estos momentos tan complejos. Por lo tanto,
deberíamos buscar la sincronicidad entre nuestros comportamientos y los efectos
que obtenemos, es la forma más madura de relación con nuestros entornos. De
hecho, es la única vía para conseguir ciudadanos maduros.
2 comentarios:
Muy interesante y es cierto que todo empezaría a ser diferente si todos asumiéramos que formamos parte de un todo y que nuestros comportamientos contagian o contaminan. Gracias por los momentos de reflexión que cada uno de tus post nos brinda!
Gracias por el comentario sé que somos muchos los que intentamos potenciar el cambio... animo y gracias
roberto
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