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No todo el mundo disfruta de la Navidad y de estas fiestas. Para mi personalmente son entrañables sobre todo ahora con mis dos hijas (2 y 4 años), pues supone un estar con ellas en profundidad las 24 horas. Eso me acerca mucho más a ellas. Pero también he visto en mi vida navidades de otros colores y con otras texturas. Por lo que puedo comprender también la dureza que pueden significar. Creo este último blog del año va dedicado a todos aquellos que no lo están pasando bien en estas fechas y que dudan de pedir algo al año 2010. No traigo soluciones ni recetas sólo comprensión y respeto. A ellos les dedico este cuento que un buen día metí en un concurso de cuentos hipercortos sobre la navidad. Me salió espontáneo, y creo que pensé en mí en otra época y pensé en los que se ahogan en esta vorágine de luz artificial.
La visita
Mirando hacia un lado descubrió que estaba sólo. Todo a su alrededor era silencio, oscuridad y un sentimiento de aislamiento que le dejaba hierático. Ensimismado en su pozo negro, miró al frente como intentando encarar lo que venía, parecía como si no pudiera afrontarlo, una vez más, a solas, frente a frente. No cabían estrategias, ni valor, ni pensamientos agudos, ni coraje encendido. Con un acopio de orgullo inusitado, levantó su rostro, se acercó hacia la puerta y