No deja de seguir persiguiéndome la historia de Kodak.
Primero fue preparándome una conferencia hace ya diez años, después un caso
para un seminario, y hace poco lo pusimos en un examen de la facultad de
economía y al día siguiente me lo comentó mi amigo Jose Juan. De nuevo Kodak.
Mi padre era fotógrafo, por lo que he vivido la fotografía en casa desde muy
pequeño. Y no deja de llamarme la atención cómo ha evolucionado el sector y los
cambios tan drásticos que se han dado, donde de repente, profesionales de la
fotografía o empresas han perdido el mercado de un día para otro. Si en verdad
George Eastman era el Steve Jobs de su tiempo, ¿qué paso con Kodak? ¿cómo pudo
perder su hegemonía? ¿Cómo ha pasado de sus más de 30.000 empleados a sus
apenas 7.000 y en concurso de acreedores? ¿Qué hubiera pasado si hubiera tenido Kodak un Lider Transformacional?
En unas declaraciones de su Vicepresidente sénior durante
años, decía que el error era que Kodak nunca pudo desprenderse de la idea de
que era una empresa fotográfica. Y aunque de vez en cuando alguno de sus
directivos hiciera un llamamiento a transformar la compañía por completo, la
compañía no quería perder ni su prestigio ni su lugar de antaño. Eso de
renovarse o morir, no era un pensamiento para ninguno de sus directivos. Y
lentamente, como la cocción suave hasta alta temperatura, la compañía perdió el
mercado.
Pero la pregunta que quizás más me suscita o la que me
genera más inquietud en estos momentos es la que tiene que ver con la posición
de sus líderes. Aquellos que tenían posiciones de liderazgo en la organización
y que con informes y tiempo no supieron transformar la organización. Quizás
estaban ya afectados por el mal de este liderazgo continuista que tanto nos
afecta a las organizaciones. Un liderazgo basado en una mera transacción de
tiempos y energía pero que no aporta nada al rumbo ni a la estrategia organizativa.
Este liderazgo es muy fácilmente reconocible y por lo tanto no dedicaré mucho
al respecto. ¿Qué otro liderazgo podía haber salvado a Kodak así como a muchas
otras organizaciones? La respuesta es el liderazgo transformacional (LT).
El concepto base del LT se relaciona con la efectividad en
entornos turbulentos y la facilitación de grandes cambios organizativos. Con
estas dos cosas, ya podemos ver cómo el LT es una figura capaz de arriesgar
(con información pero con decisión) hacia nuevos rumbos a la organización. Las
características básicas de este liderazgo podrían ser:
1. Influencia de idealización. Inspiran confianza y
admiración en su entorno. Inspiran a sus seguidores a rendir por encima de las
propias expectativas.
2. Motivación inspiracional. Crean y comunican un propósito
y una visión para motivar y unificar a los seguidores.
3. Estimulación intelectual. Fomentan la orientación hacia
las soluciones de modo innovador. Retan el status quo y animan a sus seguidores
a crear soluciones innovadoras y alternativas a las prácticas cotidianas en las
organizaciones.
4. Consideración individualizada. Trabajan uno a uno con
cada uno de sus colaboradores proporcionando reconocimiento y apoyo para el
desarrollo profesional. Es una combinación de mentoring y coaching aplicada
para el seguimiento y apoyo con sus colaboradores en alcanzar sus objetivos y en
planificar sus metas. De este modo comprende mejor las necesidades individuales
de cada uno y aparte apoya la misión de la organización.
Son muchos los beneficios de estos LT que consiguen un mayor
rendimiento de sus colaboradores, mayor aprendizaje, mayor innovación y sobre
todo un contexto de gestión del talento. Por todo ello, el rol de este LT se ha
asimilado mucho a lo que los especialistas en coaching ejecutivo denominan el
Lider Coach, una figura que va más allá del directivo formal, e incluso del mentor,
pasando a ser en los casos que sea necesario un coach interno que estimula el
desarrollo profesional y el aprendizaje organizativo.
No sé, ni nadie lo puede saber, si Kodak o cualquiera de las
empresas líderes del mercado en un periodo de tiempo, hubiera sobrevivido con
un LT. Sin embargo, creo que no es descabellado pensar que un tipo de liderazgo
así hubiera propiciado una mayor propensión a las transformación y no al
continuismo.
Otra pregunta es cómo afecta el LT al tipo de empresa española.
Sobre esa base de 3,25 millones de empresas (enero de 2011), hay que tener en
cuenta que el 52,5% son personas físicas, y que un 93,1% son microempresas (1 a
9 ocupados). De todas ellas, el comercio
aporta el 22% al PIB (Datos 2010), mientras que la administración pública un
16,9%, la industria y energía un 14,8% y la construcción un 10,9%. Aunque ahora
en 2012 ha habido una variación sustancial de estos porcentajes, la pregunta
sigue siendo ¿cuál debería ser el LT para poder aplicar a la empresa española?
Con todo lo visto, se debería esperar un cambio de liderazgo
capaz de poder establecer una supervivencia basada más en el mercado. La
flexibilidad de las pequeñas es mejor para poder actuar y adaptarse o incluso
reinventarse, aunque hoy en día la base innovadora como estrategia competitiva no
se sitúa en empresas tan pequeñas. Quizás sea esa la clave, la innovación y el
cambio capaz de generar una organización como fruto de un LT.
Excelente artículo! De total actualidad. Felicitaciones y gracias por compartir.
ResponderEliminarGuillermo
Muy buen artículo. Roberto estás interesado en publicarlo en http://horaproductiva.com/ ?? por favor contesta a victor.saavedra@grupoarquetipo.com
ResponderEliminarHola Guillermo gracias por tu comentario,.. estamos en contacto
ResponderEliminarRober
Hola victor por supuesto sin problemas que lo publiqueis en la web... siempre es un placer... saludos, roberto
ResponderEliminarInteresante reflexión. Lo cierto es que el liderazgo transformacional lleva más de 25 años siendo investigado y desafortunadamente las organizaciones siguen con la idea de que a mayor control y menor autonomía de sus trabajadores, mejor orientación a los objetivos propuestos por los mandos (o directivos). Pensemos más allá. El lider no sólo tiene la capacidad de potenciar a sus trabajadores con una dirección más participativa centrada en el desarrollo de sus miembros (como individuos y como equipo). También tiene la capacidad de descentralizar el control, fomentar la auto-gestión de sus equipos dándoles la autonomía necesaria para que participen en decisiones organizacionales, y por lo tanto, ayudar a la empresa a adaptarse desde los mismos trabajadores en un proceso de abajo hacia arriba, no sólo de arriba (mandos) hacia abajo (trabajadores). Este proceso se denomina "emerging", y últimamente se está estudiando bastante: ¿Cómo la línea base (trabajadores) son capaces de cambiar paulatinamente a la organización con el fin de adaptarse a las demandas del mercado? Efectivamente la respuesta es: Mediante líderes participativos que potencien la iniciativa y la participación de sus empleados. En este sentido, y más allá del liderazgo transformacional, propondría un liderazgo potenciador (empowering leadership), ya que el liderazgo transformacional se basa más en la calidad del líder como persona con determinadas características de personalidad que le hacen comportarse de esa manera que describes Roberto. El liderazgo potenciador, contrariamente, es un liderazgo totalmente conductual en el que la calidad del lider depende exclusivamente de las conductas que realiza, independientemente de sus características de personalidad. En otras palabras, seas como seas, puedes llegar a ser un líder potenciador si entrenas esas conductas y te pones el "traje de líder potenciador" cada mañana antes de dirigir y guiar a los tuyos. Muchísimas gracias, es un tema muy interesante sin duda. Mario
ResponderEliminarGracias por tus comentarios Mario,en efecto los diferentes tipos de liderazgo han ido emergiendo con el tiempo, y más que presentar como comentas el empowering leadership (EL) como la superación de las anteriores podríamos decir que son diferentes estilos de liderazgo. El transformacional (TL) al que dediqué el blog estaba centrado en el papel del cambio que como sabes es su esencia (por eso el caso Kodak), mientras que el EL está más centrado en el desarrollo, aunque el coaching está presente en ambos. Pero la cuestión es que no se eliminan o se superan sino que mutuamente se alimentan y también se diferencian. Es decir, un líder puede tener alto en ambos, aunque como bien sabemos no son muy frecuentes.
ResponderEliminarGracias por tu aportación de gran valor al blog, espero sigas participando.