A pesar que las estadísticas no están a favor de la imagen
del empresariado en nuestro país, no deja de llamarme la atención la baja
propensión a poner en marcha proyectos sociales. Sí, me refiero a proyectos que
tienen un alto impacto social pero que se gestionan de un modo profesional y
empresarial. No tengo nada contra las asociaciones, muy al contrario estoy muy
vinculado a dos como son AECOP España (soy de hecho su presidente nacional) y
AEDIPE (estoy en Comunidad Valenciana). Pero creo que la mejora manera de poder
asumir un proyecto de modo profesional es entendiendo el riesgo que tiene y
sobre todo la alta implicación a nivel organizativo.
Pero fundamentalmente en lo que me quiero centrar es en la
vinculación con un objetivo que trasciende el mero conseguir dinero o al tener
un objetivo laboral. Cuando una profesional trabaja en aquello que es su pasión
es capaz de tener una mayor concentración y una mayor efectividad casi de tres
a cuatro veces la productividad de un empleado normal. Y ni que decir lo que
significa trabajar en lo que uno quiere o siente. Quizás no lo hayamos pensado
porque entendemos que eso debe ser nuestro proyecto “aparte del trabajo”. Pero qué
mejor que vincular nuestro trabajo con nuestras pasiones. Eso si desde la
tierra, desde la realidad del proyecto y desde una configuración altamente
profesional.
No creo que el problema sea que nuestros jóvenes no tengan
iniciativa o sentido emprendedor. Sencillamente la cultura tiene mucho que
decir al respecto:
1.
Si tu ves durante tu vida que el trabajo y el
ocio son dos cosas diferentes, esto se cuela como un esquema o estructura clara
en tus mapas mentales.
2.
Si tu ves que la felicidad viene siempre después
del trabajo, comprendes que son dos cosas diferentes y estigmatizas el trabajo.
Ahora se comprenderá el origen del término latino trabajo, “tripalium”, tres
palos, instrumento que se utilizaba de tortura.
3.
Si tu ves que el dinero pesa más que las personas
y que en la organización se compra casi todo, es muy difícil la implicación en
proyectos que es la verdadera fuente de motivación intrínseca.
4.
Si no tenemos modelos emprendedores o los que
tenemos tienen una elevada connotación negativa, tampoco nos veremos motivados
al respecto.
Por eso creo que una de las vías para promocionar el empleo
laboral es conectar con proyectos sociales desde un punto de vista empresarial,
es decir, sin estructuras cargadas de directivos “de imagen” más que operativos
o funcionales como ocurre en muchas asociaciones. Y nada mejor que la fuerza
motivacional, la energía de un proyecto en el que uno cree con todos sus
valores, con toda su convicción. Estos proyectos sociales se pueden aplicar en
cualquier ámbito, pues hay tanto por hacer aún a nivel social. Aparte destaca
de este tipo de proyectos la alta reinversión en el mismo ya que no es el ánimo
de lucro el que lo mueve pero si su competencia profesional y técnica. Muchas
son aparte las ventajas con respecto a la gestión del talento:
- Los profesionales se vinculan de un modo más profundo cuando la empresa tiene un sentido social.
- La captación del talento es más alta pues los “buenos” candidatos suelen elegir también proyectos de mayor alcance social.
- El clima organizativo es más alto en medio punto con respecto a otras organizaciones debido al sentido social que moviliza a todos y al conocimiento del proyecto por parte de todos.
- El componente colaborativo es mayor que el componente competitivo por lo que se consiguen muchas más sinergias reales que en el resto de organizaciones.
- Los comportamientos extra-rol y el compromiso es mayor debido a la fuerte internalización de los valores del proyecto compartido.
- Y sobre todo, el proyecto está por encima de todos, y eso permite que este tipo de organizaciones puedan ir de modo más directo a la función social sin tantas barreras como existen en la mayoría de empresas.
No lo dudes, si tienes una idea o proyecto social y tienes
las competencias profesionales para llevarlo adelante, ¡lánzate! No podemos
esperar ni que la administración ni las fuerzas políticas estén en estos
ámbitos donde se ha demostrado que están lejos de sus intereses reales. Es un
buen momento para asumir nuestra propia responsabilidad y nuestros propios
retos. Y además te evitas tener “jefe” y tu vida puede hasta tener más sentido.
Comparte tu sueño, vincula a otros, haz de tu energía una semilla hacia el
cambio y rodéate de gente que trabaje y se implique, evita aquellos que se
quieren aprovechar de tu energía (que serán muchos).
Si no encuentras el proyecto ahora ten paciencia, pero mueve
la semilla del cambio que todos tenemos y estate atento tanto a tus pasiones
como a los movimientos sociales. Si Gandhi decía eso de “sé tú el cambio que
quieres ver en el mundo”, yo lo tengo claro, un pequeño cambio hoy mismo viene
acompañado de una nueva experiencia, y ésta de una nueva visión, y así día tras
día puede ser la semilla de tu nuevo proyecto. ¡Suerte y talento!
Excelente artículo Roberto!!
ResponderEliminarDesde luego motiva y emociona!
Un saludo y a ver si cunde el mensaje!!