Recientemente me han pasado una entrevista que me hicieron en Bogotá (Colombia), la verdad es que vale la pena pues fue muy informal a pie de calle de la televisión principal colombiana. El entrevistador es realmente un personaje muy conocido allí por el tipo de entrevistas que hace y os aseguro vale
Roberto Luna-Arocas. Bloguero, twittero (@RoberiLuna) y curioso de las personas y del talento humano. http://www.robertoluna.es. Facebook: robertolunaarocas
lunes, 27 de septiembre de 2010
el talento por colombia
miércoles, 22 de septiembre de 2010
la revista del coaching: haz coaching
sábado, 18 de septiembre de 2010
COACHING DEPORTIVO CON LA FUNDACIÓN VALENCIA CF
Hemos tenidos la suerte de organizar dos seminarios para
Ayer mismo, día 17 fue el segundo seminario, y trajimos a: (1)
Felicidades a Jorge Coll
sábado, 11 de septiembre de 2010
El liderazgo en la pyme. El caso de Luciano.
El otro día recibí un correo de Luciano, un lector de mi libro “El líder no nace, se hace… Viaje hacia el Talento”. Este lector es un empresario con experiencia que entre otras cosas me recomendaba que pusiera este título al libro “Del jefe al líder”. Según este empresario “este libro ayudará a los directivos a darse cuenta y recapacitar del nuevo camino en la gestión que, quizá obligados por los latigazos que se están dando en el mundo empresarial, las empresas deben dar”. En su reflexión comentaba que precisamente la PYME muchas veces está condicionada por el propio empresario “aunque disponemos de varias empresas en varios países, siempre, por azares o por no haber reflexionado antes sobre éstos y dejarme llevar por un Directivo que hace todo y tiene que estar presente en todo, todas son pequeñas de momento, por su reciente apertura o porque los desastres económicos acaecidos en España en estos últimos años nos han condicionado”. Si en algo está llegando este mensaje de la necesidad de un nuevo liderazgo, es de su real aplicación en el mundo de
PD: Dedicado a Luciano, por su infatigable lucha.
martes, 7 de septiembre de 2010
El efecto bola de nieve en los conflictos... asi es la empresa. Parte 1.
Una de las cosas que más llama la atención en las empresas es la incapacidad para superar muchos conflictos internos. Diminutos conflictos surgen diariamente y como una telaraña van conformando un manto mucho más resistente y poderoso. El tiempo pasa y el conflicto se enquista generando sinergias negativas y pérdida de productividad. Ana, directora de marketing, llegó ese día por la mañana con el pie cruzado, no saludó al llegar, y tuvo un mal gesto en un proyecto que le presentó uno de sus adjuntos. Ella ni se percató, bastante tenía con aguantar el día. Por otro lado, el adjunto no lo olvidó, ese día se fue muy desequilibrado y sencillamente bajo el nivel de su productividad, “total ¿para qué? si en esta empresa no se te valora”. Este simple gesto condicionó una actitud, que se quedó enquistada. Ni Ana se percató, ni el adjunto consideró que valía la pena afrontarlo, al menos esa no era su misión. Ese mismo día, en producción hubo un problema con una de las máquinas, cuando llegaron los de mantenimiento el jefe de producción les recibió con bronca y malas palabras pues la parada estaba teniendo un coste muy alto. Los de mantenimiento, ante tal recibimiento, resolvieron el problema con efectividad y precisión, pero ya nunca más trataron igual al jefe de producción, sencillamente cumplían su trabajo con efectividad, pero no pusieron más compromiso. El jefe de mantenimiento, consideró que era normal que ante una crisis como la que había sucedido se metiera presión al personal, al menos el sentido que entendía él de meter presión. Por lo tanto, nunca consideró que tal incidente fuera importante, y se olvidó rápidamente. Pero los de mantenimiento no olvidaron. Ese mismo día, Toni, comercial de la empresa, prometió unos plazos de entrega que después se desviaron mucho de la realidad. El cliente sencillamente no volvió a hacer un pedido. El comercial, en la reunión de ventas, echó la culpa a los de producción, a pesar que no era la primera vez que le pasaba. El director comercial expresó sus quejas en el comité de dirección, poniendo el caso de Toni sobre la mesa. Ni que decir que Toni fue vetado desde entonces en producción y que en el comité de dirección ventas y producción seguían en su lucha interna de culpas mutuas. En realidad no fue un día distinto a muchos otros, pero si lo analizamos un poco desde la distancia, podemos observar cómo los conflictos aumentan y no se resuelven. Muy al contrario se enquistan y crecen. Algunos por ignorancia, otros por lucha de poderes, otros por la mezcla de temas personales con los asuntos profesionales. Y así podríamos seguir enumerando una gran lista. En realidad, esto es la empresa en su día a día. Igual piensan que exagero, pero no considero que lo haga. Sencillamente, intento plantear con objetividad y distancia muchas de las situaciones empresariales, y eso sí, intento no dejarme ninguna. Intento afrontar toda situación conflictiva que se da en la organización, pues considero que si no se afronta se enquista como decíamos. Y si estas situaciones se multiplican por 365 días, no duden que esto tiene efectos realmente perversos sobre la empresa: pérdida de motivación, sinergias negativas, falta de visión conjunta, pérdida de creatividad e innovación, disminución de la productividad… mejor no seguir.
viernes, 3 de septiembre de 2010
¿Es su equipo realmente un equipo? Caso de un comité de dirección
En muchas ocasiones hablamos del rendimiento de la organización en general, o nos pasamos al plano más concreto del empleado y hablamos de su productividad. Sin embargo, nos olvidamos de un punto intermedio importante, el papel del equipo de trabajo. Toda organización está compuesta de unidades de trabajo, bien sean departamentos, áreas, equipos de trabajo, comisiones, etc… Todas ellas consolidan el esfuerzo de una organización por coordinarse, comunicarse y establecer un sentido de pertenencia más allá del mero individuo a la organización. En este sentido, la literatura científica ha destacado tres elementos importantes a tener en cuenta en los procesos del trabajo en equipo: la cohesión del equipo, el grado que comparten las cargas laborales y el uso del conflicto. Estos elementos han sido destacados ampliamente por su alto impacto en el rendimiento del equipo. La cohesión social la podríamos definir como el sentimiento de pertenencia o atracción al equipo. Aquí podemos lanzar una primera pregunta al aire: ¿está nuestro equipo suficientemente cohesionado? El segundo elemento es el grado que el equipo comparte las cargas laborales evitando de este modo esos efectos tan perniciosos del free-riding, donde unos pocos se aprovechan de la labor del equipo. De nuevo hagámosnos la segunda pregunta: ¿es la distribución de tareas y cargas laborales equilibrada? Y por último, la tercera variable y no menos importante que es el afrontamiento del conflicto. En este sentido, esta variable puede descomponerse en tres tipos de conflicto: (1) de tarea; (2) de proceso; (3) y relacional (afectivo). Los dos primeros conflictos pueden resolverse racionalmente, sin embargo el tercero requiere de una dosis importante de Inteligencia Emocional en el equipo. Y aquí tenemos un talón de Aquiles importante en la empresa. ¿Está su empresa preparada para resolver los conflictos afectivos que surgen en los equipos? Con este sencillo modelo puede plantearse un primer acercamiento al rendimiento de sus equipos de trabajo. Sencillamente conteste a las preguntas pensando en su equipo. Y reflexione. Seguro que se le ocurren ideas al respecto. No lo dude y póngalas en marcha, seguro beneficia el rendimiento organizativo.Permítame ahora ponerle un ejemplo, un comité de dirección de una gran empresa española con el que he tenido el placer de compartir espacios en coaching de equipos. Y que creo representa en gran medida un perfil tipo de nuestros comités de dirección.
El equipo de dirección estaba sentado alrededor de la gran mesa. Diez directivos, de ellos sólo dos mujeres, las cosas no cambian tan rápido. Los convoqué a todos para poder resolver algunas situaciones de la empresa que requerían decisiones de urgencia. Ese espacio fue una gran fuente de información de cómo funcionaba todo el equipo. Lo primero de todo, es que de los diez directivos tan sólo dos eran conscientes de la dimensión del equipo. El resto no eran más que individuos sumativos no sinérgicos. Con esto se saltaban uno de los primeros elementos que se consideran en el coaching de equipos: la metacognición. Este elemento indica el grado que el equipo es consciente de sí mismo como tal. Quien suspende en esta variable es difícil que funcione bien en coaching de equipos y cuando trabajan en equipo no son más que meros colaboradores estáticos. De esta falta de metacognición se desprende que la primera variable relevante aportada en los párrafos anteriores no la consideraban: la cohesión del equipo. Sin cohesión es difícil sacar proyectos adelante. De hecho lo que se debería solucionar en 30 minutos se convierte en dos horas y con un mal final. En segundo lugar, con respecto a las cargas laborales, ni que decir que lo primero que aprende un directivo es a decir que está estresado y que no tiene tiempo, así bloquea también muchas cosas en las que no quiere entrar. Y aunque de verdad la mayoría de directivos están estresados (un 60% según las últimas estadísticas) ni que decir que en muchos de los casos es una cuestión de gestión del tiempo y delegación, dos grandes males de nuestras empresas. Con respecto a la tercera variable, llegué a contar diez situaciones de conflicto evitado, es decir, que nadie sacó temas “candentes” que se pusieron en la mesa. Seguramente porque tampoco se ven capaces de resolverlos. Eso no es óbice para evitar el resolver una situación de conflicto, uno de los indicadores de los equipos emocionalmente inteligentes. Como se puede imaginar, de los tres puntos a conseguir, consiguieron 0 puntos. El punto 0 no es malo, es al fin y al cabo un punto de donde partir. Con esa sesión de equipos trabajamos precisamente el ser conscientes de esta situación. Ahora todos los directivos están trabajando coaching ejecutivo con el fin de mejorar su propia capacidad de autocrítica y mejora competencial. Y con ello acabaremos con un coaching de equipos de nuevo, para comprobar el grado de mejora y seguir trabajando desde el equipo.