No cabe duda que una de las grandes singularidades de este
país ha sido su gran salto en la educación de sus jóvenes. Ese gran legado
heredado de otras generaciones proviene de estigmas históricos que marcaron una
motivación a que sus descendientes tuvieran al menos lo que ellos no tuvieron,
una educación. Han pasado ya muchos años de aquellos años de post-guerra y las
nuevas generaciones han crecido con anhelos muy orientados a una educación que
conformara el futuro de un país. Hasta este punto, es indudable el gran
progreso y avance que hemos tenido.