No deja de sorprenderme desde hace ya mucho tiempo la
cantidad de organizaciones, públicas o privadas sin distinción, que siguen
utilizando esquemas de jerarquía y poder para liderar sus proyectos. Basadas en
alta burocracia, en la oportunidad del puesto y en el mundo relacional, las
organizaciones basadas en el poder no solo rechazan el talento sino que lo ven
como una amenaza a la promoción y carrera profesional. Suelen aparte pensar más
en sus objetivos individuales y a corto plazo que en el colectivo y sostenible
de la organización. Y lo que es aún más dramático, siguen siendo muy improductivas.
Pero si todo esto está tan claro ¿Cómo las organizaciones basadas en el talento
no han destronado a las organizaciones basadas en el poder?